miércoles, 7 de julio de 2010

EL ORDEN COSMICO

Si uno es juicioso –dijo finalmente-, no pregunta si hay sentido en las cosas. Uno hace su trabajo y deja el problema del mal al propio metabolismo. Eso sí tiene sentido.
Porque eso no es uno mismo. No es humano, sino parte del orden cósmico. Ese es el motivo por el cual los animales no tienen preocupaciones metafísicas. Como son idénticos a su fisiología, saben que hay un orden cósmico. En cambio los seres humanos se identifican con el afán de hacer dinero, por ejemplo. O con la bebida, o con la política, o con la literatura. Nada de lo cual tiene que ver con el orden cósmico. Es así como descubren que nada tiene sentido.
Aldous Huxley El Tiempo debe detenerse


Si uno es juicioso termina por dejar de lado la posibilidad de experimentar, de conocer y de reconocer un mundo pleno de matices. Esos matices son la sal y la pimienta de la vida. A veces me pregunto porque el humano busca afanosamente la perfección. Una perfección construida a partir de lo estandarizado como normal, bello y confortable. Perdemos infinidad de oportunidades al ser juiciosos.

Harsha, la más pequeñita de mis hijos gatos, es la viva representación de los hermosos matices que ofrece la vida. De vivir en armonía bajo un orden cósmico.

Un día tomé la decisión de adoptar un gato con alguna discapacidad. Sentí la necesidad de brindar un espacio de protección y cariño a un ser que posiblemente no tendría la oportunidad de un hogar. Hay tantos y tantos perros y gatos en refugios que aquellos que no entran dentro de los estándares de lo normal y bello ven reducida al mínimo la posibilidad de tener una familia.

La historia de cómo Harsha quedó ciega es un misterio. Un día apareció una persona en la veterinaria de mi amiga Denisse con una gatita de escaso mes y medio de edad. Estaba en muy malas condiciones de salud. Esta persona la dejó ahí argumentando que había una camada de gatitos y que ese gatito estaba mal de los ojos… ¿mal­­­­? Harsha tenía sus dos ojos en pésimas condiciones, ambos fuera de la órbita y con una infección tan tremenda que le sangraban.

Julio y Denisse se dedicaron a cuidar a Harsha en su clínica por casi 2 meses. La llevaron con un amigo veterinario especialista en oftalmología. Le compraron sus medicinas, le estuvieron dando tratamiento y cuidándola para que se curara. Harsha se fue recuperando.

Anteriormente ya había platicado con mis amigas Patapirata de mi inquietud por adoptar un gato con alguna discapacidad. Es así como un día abrí mi correo y encontré un mail de Anapirata, en el que Rosalba (madrina de Harsha) le comenta que hay una gatita ciega en la veterinaria de Denisse y Julio, que estaba en recuperación y que querían saber si habría alguien interesado en adoptarla.

El corazón me dio un vuelco. Mi plan de adoptar ese gatito se hizo realidad de un día para otro. Al principio sentí miedo, no sé porqué me había hecho a la idea de alguna discapacidad motriz y cuando me enfrenté a la realidad de tener un gato ciego no supe qué hacer. En fin, contra todos mis temores y mi angustia (de no saber si yo daría el ancho para esa pequeñita) me puse a investigar en internet y a preguntar con mis amigos veterinarios. Jimenapirata, mi hermana, me ayudó mucho a encontrar información importante para saber cómo manejar a un gato ciego.

Pasaron los días y llegó el momento de ir a recoger a la gatita. Días antes pasé una tarde en casa de Anapirata y ella me ayudó a encontrarle el nombre ideal. Después de mucho buscar encontramos un nombre perfecto: Harsha, que significa felicidad en sánscrito. Ese sería el destino que debía marcarla para toda su vida. Ser una gatita feliz y amada.

Llegué a la veterinaria de Denisse y Julio con mi transportadora en la mano. Harsha estaba hermosa, a pesar de la terrible infección sus ojos estaban casi restablecidos. La angustia de la espera durante su recuperación fue porque si no se lograba que ambos ojitos se desinflamaran y regresan a las órbitas, se los hubieran tenido que extraer. No fue así.

Feliz y preocupada me llevé a Harsha a casa. La presenté con sus hermanos gatos (Tita, Lolo y Fío). Los gatos adultos suelen ser muy reacios a la llegada de otros animales a casa, tardan tiempo en aceptar al nuevo integrante. Poco a poco, con vigilancia y con paciencia logramos que los 3 gatos se adaptaran y aceptaran a Harsha.

Lo más importante con un animal ciego es procurar que todo permanezca en el mismo sitio, no cambiar los muebles de lugar (ellos construyen un mapa mental de su entorno) y tratar de no dejar cosas en el paso con las que pueda chocar (como la mochila, la cubeta del trapeador, etc). Los gatos ciegos tienen la facultad de desarrollar aun más el oído y ser mucho más sensibles con el pelo de sus orejas y bigotes.

Harsha rápidamente se fue adaptando a su entorno. Empezó a explorar con cuidado los espacios. Le enseñamos a subir y a bajar de la cama para calcular las distancias de sus brincos. Ahora ella, cuando se da cuenta de alguna superficie que puede explorar, primero se estira para tocar con sus patas delanteras, aguza el oído y salta. Se sube a todas partes, al igual que sus hermanos. No hay mesa, sillón u objeto que no haya sido explorado por Harsha. Incluso hoy, juega tan ágilmente con sus hermanos que se da el lujo de corretearlos por toda la casa.

Sólo hay que tener ciertas precauciones para evitar que corra peligro o se lastime.

Siempre ventanas bien cerradas o con malla para que no se caiga, en verdad explora todo. La tapa del escusado debe estar siempre abajo. No dejar cubetas con líquidos de limpieza, de un brinco puede caer dentro. Siempre bajo supervisión cuando abrimos la puerta de la terraza, es tan audaz que calcula perfectamente la altura de un objeto con sólo aguzar el oído. Ya me pegó un susto cuando tranquilamente brincó al borde del barandal del balcón! Obvio barandales también con malla. Nada de velas encendidas sin supervisión. La arena de su caja siempre muy muy limpia. No dejar objetos con punta o filo. Hay que aplicar criterio en el día con día.

La experiencia de tener a Harsha en la familia, es inigualable. Me ensenó el valor de luchar contra cualquier adversidad. Me demostró su enorme capacidad de adaptación y el placer de disfrutar cada cosa de su entorno. Me sorprendí con la chispa de su sorpresa al ir descubriendo cada objeto de la casa, los aromas y sonidos. Me alegré al verla feliz jugando con sus hermanos gatos (por cierto, es muy recomendable con animales ciegos darles juguetes que hagan sonidos como pelotas con cascabeles). La felicidad de verla descubrir un mundo a su alrededor es una sensación que no se puede explicar. Por eso su nombre la ha marcado en su destino.

Si dejamos a un lado los juicios que diariamente damos sobre las personas y demás seres vivos, nos daremos la oportunidad de experimentar una infinidad de placeres y emociones. ¿Qué no lo bello es aquello que vale por sí mismo? Cuando dejemos a un lado juicios de valor podremos realmente apreciar la vida por lo que vale, por los pequeños momentos que la complementan, por dar y recibir sin trueques, por aceptar y aceptarnos en nuestra esencia.

Esto es lo que a través del tiempo, Harsha y todos aquellos animales que me han acompañado durante mi vida, me han ensenado. A querer sin el afán de una perfección exterior, sin la necesidad de nada a cambio. A vivir bajo un armonioso orden cósmico.


martes, 13 de abril de 2010

EL GATO QUE MARCÓ MI VIDA

Ahora que estamos estrenando página web y estamos celebrando nuestra segundo aniversario Patapirata, es buen momento para recordar con alegría nuestras experiencias juntas, todo lo que nos hizo llegar hasta el día de hoy y las vivencias del pasado que han construido el camino hasta este lugar.

Les voy a platicar una historia de esas que pocas hay, con final feliz.

En 1986 yo estaba en segundo de secundaria. Un día nos mandaron hacer un trabajo en equipo así es que una amiga fue a mi casa y ahí estuvimos haciendo el dichoso trabajo. Al terminar, aprovechamos para salir un rato al parque que está frente a la casa de mis papás (hoy ya no vivo ahi). Sacamos un frezby para jugar un rato. En eso estábamos cuando se escuchó un maullido chilloncito de un gato bebé. Al buscar al gato cual fue mi gran sorpresa, era una pequeñita, negra negra muy bonita pero se arrastraba para caminar. Las patas de atrás no las podía mover y se jalaba con las delanteras. Como siempre y desde niña, no pude dejar a la gatita abandonada a su suerte. Me fui detrás de ella hasta la calle siguiente, varias casas. La gatita se metió entre unas rejas al jardín de una casa y ahí estuve llamándola con maullidos para que saliera. Finalmente logré que saliera de la casa, la tomé con cuidado y la coloqué sobre el Frezby con el que jugábamos.

Me fui corriendo a casa y le pedí a mi mamá que me dejara tenerla esa noche para poderla llevar al veterinario. No hubo problema. Al otro día la llevamos a consulta, la pobre gatita habría sufrido quizá un escobazo marca diablo o un portazo, ya que su cadera y fémur estaban fracturados. Mi papá, que también es gran amante de los gatos, pagó la cirugía, medicinas y consultas para que la gatita se recuperara. Bueno, no supimos que era hembra ni que tenía 3 meses de edad hasta que la llevamos a la consulta.

A los pocos días decidimos que la gatita formaría parte de la familia. Mi papá y yo nos dimos a la tarea de ponerle nombre. Una gatita anterior, que había vivido en casa un par de meses antes y murió envenenada cuando el jardinero fumigó el jardín, se llamaba Chabachina. Casualmente Chabachina también era negra negra y hembra. Ahora a la nueva integrante de la familia mi papá la nombró Chabacha en honor a la gatita que murió. Chabachina y Chabacha derivaron de “Azabache” que significa negro.

Chabacha se recuperó bastante bien de sus lesiones. Le pusieron un clavo en el fémur y un yeso que le cubría toda la cadera, se aprovechó esa misma cirugía para esterilizarla. Después de un mes más o menos, se restableció completamente. La patita que estaba rota le quedó como 1cm más chiquita que la otra, por lo que cojeaba, pero nada le impedía llevar una vida normal de gato. Trepaba por los árboles, rondaba en la azotea, en las bardas y corría muy bien!

Mi mamá nunca nos permitió meter a ningún perro o gato dentro de la casa. Chabacha vivía en el jardín y dormía en un cuarto que estaba en la parte trasera de la casa y que se usaba como bodeguita de jardinería y demás cosas. Ahí tenía su camita y en la noche la metíamos y cerrábamos la puerta para que estuviera calientita. Con el paso de los años y nuestros ruegos, se le permitió a Chabacha entrar sólo al estudio de mi papá en donde tenía el despacho de su negocio y su biblioteca.

Los primeros años de vida de Chabacha le tocó aguantar que la disfrazáramos con ropa de las muñecas y tolerar algunos paseos en el jardín dentro del carrito del mandado. Siempre fue tan noble que soportó todas esas cosas que hacen los niños y que ahora me choca ver. Al regresar de la escuela siempre nos esperaba sentadita junto a la puerta. Al abrir caminaba junto a Jimena y a mi maullando, como si nos estuviera preguntando -¿cómo les fue?-.

En una ocasión la llevamos a vacunar con el mismo veterinario de siempre, que era un vecino de la calle siguiente. Por supuesto que en aquél entonces no tenía idea de que existían los kenel o transportadoras, así es que la expedición a las vacunas era en brazos. Algo espantó a Chabacha y se me zafó de los brazos, se fue corriendo hasta que la perdí de vista. En casa, mi papá, Jimena y yo estábamos desconsolados. Chabacha se había ido. Pasó el jueves, regresamos de la escuela y nada. El viernes igual y al regresar, nada. El sábado buscándola por todas partes, nada. Fue hasta el domingo que cuando mi papá salió muy temprano por su periódico la escuchó maullar y salir de abajo de un coche,
-¡Chabacha regresó!-, salimos como bólidos y ahí estaba, maullando de hambre. ¡Condenada gatita!, ¡que susto! Comió hasta hartarse y durmió 3 días seguidos. Después de esa ocasión, jamás volvió a asomar un bigote a la calle.

La vida de Chabacha fue plena y feliz. Fue uno de esos gatos con suerte. Llegó a una casa en donde todos la quisimos mucho. Sólo una vez se escapó a la calle y una sola vez se enfermó. Fue una gatita muy sana. Al pasar los años y envejecer fue perdiendo dientes, los demás se le tuvieron que quitar porque ya estaban muy mal. Poco a poco se le cayeron los bigotes. Los últimos años de su vida yo no tenía retráctiles las uñas. A veces esperaba pacientemente a que alguien le ayudara a desatorar sus garras de la alfombra del estudio de mi papá. Eso si, hasta el último día exigió su desayuno de manera puntual, y si no era así maullaba fuertemente exigiendo sus croquetas.

Chabacha murió en julio de 2006, a sus 20 años. Después de varias semanas de su partida yo la seguía escuchando y estoy segura de haber visto su negra silueta sentada a la puerta del estudio de mi papá. Decidimos incinerarla y depositar sus cenizas en el jardín, junto a las ventanas del estudio. Ahí sembramos una planta que cada primavera da unas flores muy bonitas y muy coloridas. También dejamos una bandeja con agua para que los 2 gatos negros adoptados de mi papá la visiten cada que vez van a beber.

Los recuerdos de la familia son antes y después de Chabacha. Fue tan fuerte su presencia en esa casa que amigos y familia la recuerdan bastante bien. Gracias a que ella me escogió ese día en el parque y decidió quedarse en casa, logré aprender mucho de los gatos y amarlos como lo que son, seres profundos y mágicos.

Ahora que no está físicamente conmigo, sólo le puedo decir: gracias Chabacha por dejarme compartir 20 años de mi vida contigo, gracias por todas las enseñanzas, gracias por tu amor y tu paciencia. Te quiero y te mando un beso en donde quiera que hoy estés. Siempre te recordaré.


Chabacha y yo. Navidad de 1992.

miércoles, 27 de mayo de 2009

¿Por qué a veces mi gato orina fuera de su arenero?

Los gatos a pesar de ser animales que han sido domesticados desde hace cientos de años, conservan mucho de su naturaleza salvaje. Los hemos adaptado a convivir con nosotros y en nuestras casas, en familia, con niños, e inclusive con otros animales. Pero el gato conserva mucho de su instinto salvaje que lo caracteriza muy particularmente. A veces nos preguntamos porque huele tan fuerte su orina, sobre todo en los machos? Es como si rociaran amoniaco! Nos confunde un poco porque el gato se caracteriza por ser una animal muy limpio, pero entonces… ¿porqué orina fuera de su arenero? Sobre los muebles, ropa, paredes, objetos de la casa, etc? Los gatos son animales muy territoriales, su instinto felino les hace salir de casa y extender su territorio en los alrededores. Obviamente al hacerlo tiene que hacerle saber a otros gatos que él es el dueño y señor de esos terruños, y ¿cómo lo hace?... a través de la orina. La orina es una sustancia que contiene muchas feromonas, esas feromonas son la etiqueta con toda la información del gato y que otros gatos pueden leer al olerla. Todos los gatos que NO han sido esterilizados, marcarán con su orina para delimitar su territorio del de otros gatos, inclusive dentro de casa. Es muy importante que si vamos a adoptar un gatito, consideremos como parte de su sano desarrollo la esterilización, además de eliminar problemas de marcaje con orina (tanto en machos como en hembras, aunque en las hembras no es una generalidad), le vamos a ayudar a estar más tranquilo, obviamente a no reproducirse, lo cual es un grave problema en nuestro país (la sobre población de fauna callejera) y a que nuestro gato no salga de casa para ampliar su territorio lo que por supuesto le implica muchos peligros. Lo mejor es esterilizarlos entre los 4 y 7 meses de edad, antes de su primer celo o brama, ya que con eso les eliminamos el “chip” del instinto de marcaje con orina. Es muy importante recalcar que si al gato se le esteriliza fuera de este tiempo, muy probablemente no logremos erradicar el marcaje con orina ya que a nivel cerebral quedará registrada esta conducta. En caso de tener este problema en casa, de esterilizar a nuestro gato y aún así persista el marcaje con orina, hay una serie de recomendaciones que podemos seguir para ayudarnos en casa: 1. Moler pimienta y poner un poco en muebles o sitios en donde el gato suele a marcar. 2. Si el gato marca verticalmente, es decir en esquinas, paredes, etc, debemos limpiar inmediatamente con líquidos con extractos de cítricos (como el Orange Glow, por ejemplo). 3. También existen sprays que se comercializan en clínicas veterinarias para evitar que el gato marque con orina o arañe muebles. OJO: el arañar muebles no es afilarse las uñas, es MARCAJE, ya que el gato al arañar también marca territorio. Podemos proteger nuestros muebles con sábanas o rociar con estos sprays en la superficie, también debemos ponerles rascadores de mecate o alfombra en donde ellos suelan arañar. Si el gato defeca u orina fuera de su arenero y es una situación muy ocasional, puede deberse a que algo de cajón de arena le molesta (la arena es muy gruesa o el arenero está muy cerca de sus platos de comida) o no está lo suficientemente limpio. A ellos no les gusta nada pisar arena sucia de varios días y prefieren defecar u orinar fuera para no ensuciarse. Y bueno, a quién le gusta ir al baño público del estadio después de la final Chivas-América? En fin, es muy importante recalcar que castigar o golpear al animal no evitará la conducta de marcaje por orina, así como las demás conductas naturales de marcaje de los gatos (como el arañar muebles), es fundamental tener en cuenta que estamos compartiendo un espacio con un animal que conserva mucho de su naturaleza salvaje. Para el gato su casa es su territorio, el cual marca de muchas maneras (orinando, rascando, frotándose, etc), ya que al hacer esto él se sentirá a salvo, cómodo y en su espacio. Lo más importante para evitar el marcaje con orina será siempre esterilizar a tiempo a nuestro gato, y ayudarnos con sus demás marcajes con otro tipo de implementos como rascadores, CatNip, sprays, etc, para hacer de nuestra convivencia en casa un espacio sano y feliz.

viernes, 20 de marzo de 2009

TOXOPLASMOSIS Y GATOS



Desafortunadamente a lo largo de la historia el gato ha sido un animal duramente estigmatizado, considerado aliado de brujas, portador de mala suerte y aún hoy, siglo XXI, se le cree el principal portador de la enfermedad conocida como Toxoplasmosis, que ocasiona abortos y daños en la salud a personas inmunodeprimidas.


PERO ¿QUÉ ES LA TOXOPLASMOSIS?

La enfermedad conocida como toxoplasmosis está causada por un parásito unicelular llamado Toxoplasma gondii. Se considera que en Estados Unidos puede haber unos 60 millones de personas que han resultado infectadas. Pocas personas que son infectadas con toxoplasmosis presentan síntomas, porque basta tener un sistema inmunológico sa
no para controlarlo.

Esta enfermedad puede ocasionar daños en nenonatos y adultos, en tejidos oculares, cerebrales, incluso trastornos en vísceras o tejido muscular.

El 90% de las personas que han contraído el toxoplasma, han sido contagiadas por consumir carne cruda infectada o mal cocida, la cual contiene los ooquistes (estadio infeccioso de la enfermedad), y que al entrar al organismo se reproducen. Los gatos se contagian de la misma manera que nosotros, por lo que hay que evitar consumir carne cruda o poco cocida.



¿CÓMO SE PRODUCE EL CONTAGIO?

Las vías de contagio del Toxoplasma son orales, es decir que los ooquistes pasan al sistema digestivo a través de la boca de las siguientes maneras:

• Consumir carne cruda contaminada o poco cocida, o llevarse las manos a
la boca después de tocar carne o verdura cruda contaminada.
• A través de utensilios de cocina que han estado en contacto con carne o verdura crudas contaminadas.
• Orofecal (boca - heces). A través de las heces de un gato infectado. Esto sucederá si al limpiar la bandeja se manipulan las heces con las manos desnudas y después éstas se llevan a la boca, o tocando de igual forma algo
que haya estado en contacto con las heces, como la punta de la pala o el interior de la bandeja de arena, no lavarse las manos y llevarlas a la boca.
• Bebiendo agua contaminada con Toxoplasma.
• Muy raramente, por transplantes de órganos o transfusiones de sangre
infectados.

Como podemos ver, los gatos NO son el principal reponsable de contagiar esta enfermedad.


GRUPOS DE RIESGO

Los más tendentes a resultar afectados por una toxoplasmosis severa son:


• Niños cuyas madres se infectaron por primera vez en su vida de toxoplasma durante el embarazo.
• Personas con el sistema inmunológico gravemente afectado, como los enfermos de SIDA, los que están recibiendo determinado tipo de quimioterapia o los que se han sometido poco antes a un transplante de
órganos.


No obstante, un gato puede excretar los ooquistes, pero para contagiarnos habría que tocar sus heces y luego llevarnos las manos a la boca, y aún así las heces tendrían que estar en ciertas condiciones de humedad y temperatura para que el toxoplasma sea transmitido.


Los gatos son la única especie animal que elimina el agente infeccioso y lo hace por las heces, por lo que vivirá en su organismo un periodo aproximado de 3 semanas. Los otros animales, en cambio, lo mantienen en su cuerpo, por eso pueden contagiar si se come su carne cruda o sin haber sido debidamente cocinada.

Si una mujer está pensando quedar embarazada o ya lo está, lo mejor y más práctico para salir de dudas es acudir con el médico para que éste determine un análisis de laboratorio específico para detectar el toxoplasma gondii.


El temor sobre el contagio de toxoplasmosis de un gato a una mujer embarazada es prácticamente un mito. Habría que tener en casa hábitos muy poco higiénicos para el cuidado del felino y nosotros, como dejar su bandeja con excremento durante varios días y que al limpiarlo no lavemos nuestras manos. Lo mejor es limpiar la bandeja diariamente, usar tapabocas y guantes al hacerlo, cerrar bien y tirar la bolsa con
las heces a la basura lavando bien nuestras manos al finalizar.


El tener en casa un gato significa tener un miembro más en nuestra familia, un gato es una compañía maravillosa, nos brindan mucho afecto y podemos pasar horas viendo como juegan. Pero el gato (como cualquier otro miembro de la familia) debe acudir regularmente al médico veterinario para una revisión semestral o anual de su estado de salud y vacunación. También se le debe proporcionar buenas condiciones de alimentación (evitar carnes crudas por favor), de preferencia croquetas Premium, agua fresca y asear su caja de arena todos los días reemplazando con arena limpia (tomando en cuenta las precauciones antes mencionadas para este procedimiento), cepillarlo, bañarlo y rec
ortar sus uñas (con corta uñas especial para gatos).

Un perro o un gato nos pueden transmitir enfermedades cuando no les procuramos buenos cuidados, ni atención médica, ni la higiene correcta en casa.

La clave está en asesorarse antes de tener un gato o perro en la familia, preguntar al médico veterinario sobre los cuidados que les deberemos procurar para brindarles la atención adecuada. Hagamos conciencia y fomentemos en nosotros la cultura de respeto hacia todos los seres vivos que cohabitamos en este planeta. No estigmaticemos más a los animales, mejor informémonos.






jueves, 12 de febrero de 2009

EL AMOR SI EXISTE


¿Quién en algún momento de la vida no ha llegado a pensar que quizá el amor eterno existe? Tantas y tantas historias, libros, canciones, películas, en fin. Pero este amor es de los pocos que no conoce otra palabra ajena al amor en su totalidad. Así son los esposos del Hospital Español. Ellos han vivido ahí quizá desde que nacieron o quizá desde que uno de ellos fue abandonado por alguna de esas personas que siempre piensan que habrá quien lo recoja o quién se haga cargo del bicho que a ellos les estorba. Por buenas coincidencias los esposos se conocieron en los jardines del hospital. María (voluntaria encargada de velar por el bienestar de los cientos de gatos que habitan en los jardines), cuenta que quizá lleven 10 o más años juntos, nunca se separan y nunca están con otros gatos más que uno con el otro. Al verlos parece que todas esas historias de amor se vuelven realidad, la gata acostada junto al gato, no se separan ni siquiera ante la mirada curiosa de la gente que pasa y prefieren estar a buena distancia para no ser perturbados. La esposa es una gatita negra, el esposo es negro con algunas manchas blancas, los ojos de ambos son de un verde amarillo hipnótico. Cuando llueve buscan refugio juntos en alguno de los recovecos de los edificios del hospital, con el sol salen y se recuestan sobre el pasto para acicalarse el uno al otro durante horas, juntos comen y juntos duermen, siempre juntos y solo ellos, sin nadie más. Parecen no necesitar de nada ni de nadie más que de su mutua compañía y de la paz que esto les proporciona.

Hace poco tiempo María se dio cuenta que uno de ellos no estaba del todo bien. El esposo ha disminuido su nivel de actividad, parece no ser el mismo de antes. Lamentablemente el esposo contrajo Leucemia y no hay cura para esta enfermedad. Los gatos se transmiten la leucemia por medio de fluidos, ya que es viral. Posiblemente el esposo habrá tomado agua de algún plato en donde otro gato enfermo bebió antes. Lo más triste es que seguramente la esposa ya está contagiada, ya que al acicalarse entre ellos, con la saliva se contagian el virus. Esta enfermedad provoca en los gatos fuertes dolores y además su sistema inmune baja tanto que pueden contraer más enfermedades fácilmente. María cuenta que un día atrapó al esposo para sacrificarlo y no prolongar más tiempo su agonía, pero que al ver la carita de la esposa no tuvo el valor para hacerlo y lo soltó. Piensa que quizá más adelante tenga que atrapar a los dos para sacrificarlos al mismo tiempo, sin su gato la esposa moriría de tristeza. Será muy difícil tomar la decisión, pero a final del camino sabemos que uno de ellos morirá y el otro quedará solo y enfermo, sin el consuelo de su alma gemela. Es horrible saber que esta historia de amor pronto llegará a su fin, pero de cierta manera nos consuela pensar que prefieren irse juntos a algún lugar para descansar tranquilos sin que nada ni nadie los separe nunca.



Miles de gatos mueren al año al contraer Leucemia Viral Felina. Podemos evitar el sufrimiento de nuestros gatos vacunándolos anualmente contra esta enfermedad y sobre todo no dejarlos salir de casa, ya que esto siempre implicará riesgos para su salud y bienestar.

viernes, 22 de agosto de 2008

Historias de gatos

El primer contacto que tuve con un gato fue alrededor de los 11 años, desde esa ocasión hasta el día de hoy los gatos y yo no hemos dejado de coincidir. Nunca me atrevería a decir que he sido dueña de un gato o que yo me haya atrevido a escoger a alguno de ellos como mi acompañante. Tengo la firme convicción de que ellos son quienes deciden si quieren o no estar con uno, por eso todos los gatos con los que he coincidido han decidido que pueden acompañarme durante su paso por este mundo, porque también creo que nunca se van, siguen rondando por algún lugar en el cual descansan tranquilos durmiendo eternamente.

Poco a poco fui descubriendo la belleza casi mágica que los envuelve. Su andar elegante, sus saltos precisos, su afanosa obsesión por la limpieza, su encanto al ronronear y el poder de sus garras, en fin. Nunca dejan de sorprenderme estos felinos que en su naturaleza guardan algo de salvaje y algo de docilidad.

Sin duda alguna no somos pocas las personas que hemos sido hechizados por el encanto de algún gato. Muchas historias han sido creadas a través de los tiempos y ciertamente el gato sobresale como un ser misterioso y mágico, el cual es respetado casi como un dios y también las hay que por su enigmática personalidad lo creen poseedor de poderes que pueden cambiar los destinos.


GATOS BIBLICOS

Una leyenda cuenta que durante el Gran Diluvio, Noé se dio cuenta que los ratones que habían subido al Arca se habían reproducido a tal grado que habían puesto en peligro las provisiones para todos los demás animales. Entonces, Dios habló con Noé y le indicó que acariciara la cabeza del león 3 veces. Al hacer esto, el león estornudó fuertemente y de sus fosas nasales salieron un par de gatos que prontamente reestablecieron el equilibrio dentro del Arca salvando de morir de inanición a sus habitantes.

Esta leyenda se traduce a la realidad cuando los grandes buques emprendían largas travesías que podían durar hasta meses. Para evitar que las ratas y ratones proliferaran en la embarcación consumiendo sus comestibles o contagiándolos de mortales enfermedades, los marineros subían algunos gatos al barco. Gracias a esto el gato empezó a expandirse a otros lugares del mundo y se adaptó rápidamente.



LEYENDAS DE GATOS


Otra leyenda cuenta que los gatos siameses tenían la misión de proteger las ánforas llenas de oro en los templos dedicados a las deidades. Cumplían tan bien su misión que, a fuerza de mirar la vasija, sus ojos se volvieron estrábicos, y la cola que sujetaba firmemente las asas se torció.

Hace cientos de años los egipcios inoculaban a los gatos algunas gotas de su sangre para protegerles de las enfermedades y los malos espíritus. Estaba prohibido matar a un gato, bajo pena de muerte, y cuando el gato moría, los egipcios se afeitaban las cejas en señal de duelo.

Existe una leyenda egipcia que cuenta que antiguamente los gatos reinaban la tierra, pero un día, por su mal comportamiento, los dioses los castigaron y les quitaron su reinado. Los dioses les dijeron que el día en que mil gatos soñaran lo mismo al mismo tiempo, les iban a devolver su reinado. Por eso los egipcios creían que los gatos dormían tanto, porque estaban buscando soñar lo mismo para un día volver a ser los reyes de la tierra.



EN EL JAPÓN ANTIGUO


Otra antigua leyenda japonesa narra que durante el siglo XVII, existía en Tokio un templo que había perdido su grandeza. El sacerdote del templo era muy pobre, pero aún así, compartía la escasa comida que tenía con su gato, Tama.

Un día, un hombre de gran fortuna e importancia fue sorprendido por una tormenta mientras cazaba y se refugió bajo la copa de un gran árbol que se encontraba muy cerca del templo. Mientras esperaba a que bajara la tormenta, vio que un gato le hacía señas con su patita delantera, como si lo llamara para que se acercara a la puerta del templo. Tal fue su asombro que dejó el refugio que le ofrecía el árbol y se acercó para ver de cerca a tan especial gato. En ese momento, un rayo cayó donde había estado parado destruyendo el árbol que le había dado cobijo.

El sacerdote le ofreció refugio y ambos se hicieron muy amigos. Con la ayuda del hombre rico el templo prosperó, con lo que el sacerdote y su gato nunca volvieron a pasar hambre.

Tras su muerte, Tama recibió un solemne y cariñoso entierro en el cementerio para gatos del Templo Goutokuji, y se creó el Maneki Neko en su honor.

El Maneki Neko, también conocido como "gato de la suerte" o "gato de la fortuna", es una popular figura japonesa de la que se dice trae buena suerte a su dueño. La figura representa a un gato saludando con una pata levantada. Si es la pata derecha la que está levantada se dice que trae prosperidad y dinero, si es la pata izquierda se dice que atrae a los visitantes.



En verdad soy muy capaz de creer casi cualquier leyenda que me cuenten sobre los gatos, he vivido durante años acompañada de estos seres misteriosos y sin duda alguna cada uno de ellos me ha brindado la experiencia de por lo menos intentar reconocer en su mirada profunda un poco del mundo que nos rodea. Cada uno de los gatos que han compartido su paso por esta vida conmigo me ha dejado algo que traduzco en una enseñanza. Desde aquél que mi madre no pudo correr de mi casa por su perseverancia ni ese otro que logró meterse -literal- hasta la cocina.

Hoy día mis tres niños, Tita, Fío y Lolo, duermen conmigo en la cama y por las mañanas no hay cosa que me dé mayor alegría que despertarme con un tótem de gatos encima, gastarme medio rollo de papel de baño en sonarme y llevar en mi ropa el orgullo de ser elegida y acompañada de gatos.

A todos ellos, muchas gracias.



A la memoria de: Ron Ron, Chabachina, Grisli, Mino y Chabacha.


Fuente de las leyendas:
www.sonrisasygatos.com
randallstevens.blogspot.com