viernes, 22 de agosto de 2008

Historias de gatos

El primer contacto que tuve con un gato fue alrededor de los 11 años, desde esa ocasión hasta el día de hoy los gatos y yo no hemos dejado de coincidir. Nunca me atrevería a decir que he sido dueña de un gato o que yo me haya atrevido a escoger a alguno de ellos como mi acompañante. Tengo la firme convicción de que ellos son quienes deciden si quieren o no estar con uno, por eso todos los gatos con los que he coincidido han decidido que pueden acompañarme durante su paso por este mundo, porque también creo que nunca se van, siguen rondando por algún lugar en el cual descansan tranquilos durmiendo eternamente.

Poco a poco fui descubriendo la belleza casi mágica que los envuelve. Su andar elegante, sus saltos precisos, su afanosa obsesión por la limpieza, su encanto al ronronear y el poder de sus garras, en fin. Nunca dejan de sorprenderme estos felinos que en su naturaleza guardan algo de salvaje y algo de docilidad.

Sin duda alguna no somos pocas las personas que hemos sido hechizados por el encanto de algún gato. Muchas historias han sido creadas a través de los tiempos y ciertamente el gato sobresale como un ser misterioso y mágico, el cual es respetado casi como un dios y también las hay que por su enigmática personalidad lo creen poseedor de poderes que pueden cambiar los destinos.


GATOS BIBLICOS

Una leyenda cuenta que durante el Gran Diluvio, Noé se dio cuenta que los ratones que habían subido al Arca se habían reproducido a tal grado que habían puesto en peligro las provisiones para todos los demás animales. Entonces, Dios habló con Noé y le indicó que acariciara la cabeza del león 3 veces. Al hacer esto, el león estornudó fuertemente y de sus fosas nasales salieron un par de gatos que prontamente reestablecieron el equilibrio dentro del Arca salvando de morir de inanición a sus habitantes.

Esta leyenda se traduce a la realidad cuando los grandes buques emprendían largas travesías que podían durar hasta meses. Para evitar que las ratas y ratones proliferaran en la embarcación consumiendo sus comestibles o contagiándolos de mortales enfermedades, los marineros subían algunos gatos al barco. Gracias a esto el gato empezó a expandirse a otros lugares del mundo y se adaptó rápidamente.



LEYENDAS DE GATOS


Otra leyenda cuenta que los gatos siameses tenían la misión de proteger las ánforas llenas de oro en los templos dedicados a las deidades. Cumplían tan bien su misión que, a fuerza de mirar la vasija, sus ojos se volvieron estrábicos, y la cola que sujetaba firmemente las asas se torció.

Hace cientos de años los egipcios inoculaban a los gatos algunas gotas de su sangre para protegerles de las enfermedades y los malos espíritus. Estaba prohibido matar a un gato, bajo pena de muerte, y cuando el gato moría, los egipcios se afeitaban las cejas en señal de duelo.

Existe una leyenda egipcia que cuenta que antiguamente los gatos reinaban la tierra, pero un día, por su mal comportamiento, los dioses los castigaron y les quitaron su reinado. Los dioses les dijeron que el día en que mil gatos soñaran lo mismo al mismo tiempo, les iban a devolver su reinado. Por eso los egipcios creían que los gatos dormían tanto, porque estaban buscando soñar lo mismo para un día volver a ser los reyes de la tierra.



EN EL JAPÓN ANTIGUO


Otra antigua leyenda japonesa narra que durante el siglo XVII, existía en Tokio un templo que había perdido su grandeza. El sacerdote del templo era muy pobre, pero aún así, compartía la escasa comida que tenía con su gato, Tama.

Un día, un hombre de gran fortuna e importancia fue sorprendido por una tormenta mientras cazaba y se refugió bajo la copa de un gran árbol que se encontraba muy cerca del templo. Mientras esperaba a que bajara la tormenta, vio que un gato le hacía señas con su patita delantera, como si lo llamara para que se acercara a la puerta del templo. Tal fue su asombro que dejó el refugio que le ofrecía el árbol y se acercó para ver de cerca a tan especial gato. En ese momento, un rayo cayó donde había estado parado destruyendo el árbol que le había dado cobijo.

El sacerdote le ofreció refugio y ambos se hicieron muy amigos. Con la ayuda del hombre rico el templo prosperó, con lo que el sacerdote y su gato nunca volvieron a pasar hambre.

Tras su muerte, Tama recibió un solemne y cariñoso entierro en el cementerio para gatos del Templo Goutokuji, y se creó el Maneki Neko en su honor.

El Maneki Neko, también conocido como "gato de la suerte" o "gato de la fortuna", es una popular figura japonesa de la que se dice trae buena suerte a su dueño. La figura representa a un gato saludando con una pata levantada. Si es la pata derecha la que está levantada se dice que trae prosperidad y dinero, si es la pata izquierda se dice que atrae a los visitantes.



En verdad soy muy capaz de creer casi cualquier leyenda que me cuenten sobre los gatos, he vivido durante años acompañada de estos seres misteriosos y sin duda alguna cada uno de ellos me ha brindado la experiencia de por lo menos intentar reconocer en su mirada profunda un poco del mundo que nos rodea. Cada uno de los gatos que han compartido su paso por esta vida conmigo me ha dejado algo que traduzco en una enseñanza. Desde aquél que mi madre no pudo correr de mi casa por su perseverancia ni ese otro que logró meterse -literal- hasta la cocina.

Hoy día mis tres niños, Tita, Fío y Lolo, duermen conmigo en la cama y por las mañanas no hay cosa que me dé mayor alegría que despertarme con un tótem de gatos encima, gastarme medio rollo de papel de baño en sonarme y llevar en mi ropa el orgullo de ser elegida y acompañada de gatos.

A todos ellos, muchas gracias.



A la memoria de: Ron Ron, Chabachina, Grisli, Mino y Chabacha.


Fuente de las leyendas:
www.sonrisasygatos.com
randallstevens.blogspot.com